Me vais a perdonar porque esta no era la entrada prevista para esta semana. Iba a hablar de las formas de incorporar el olor a la escritura, pero tendrá que esperar una semana más porque las mujeres estamos indignadas, enfadadas, tristes, rabiosas, furiosas, disgustadas, resentidas, cabreadas, preocupadas (y muchos adjetivos más) con la sentencia machista de ayer a favor de la manada de Navarra.
Sí, es cierto, este es un blog de escritura; sin embargo, es un blog de escritura feminista, ante todo. Y, por eso, hoy no me voy a callar.
Cuando reclamamos feminismo e igualdad en la palabra reivindicando que se llame arquitectas a las mujeres que realizan ese oficio, los machistas y misóginos como Pérez-Reverte salen con la estupidez de «la mesa y el meso» tratando de ridiculizarnos sin conseguirlo (lo único que hacen es quedar ellos en ridículo), al no saber distinguir entre género y sexo. Una mesa no es macho ni es hembra, una arquitecta sí que lo es. Así de fácil, así de sencillo. No obstante, los machistas no tienen la capacidad cerebral de distinguirlo y se hunden más y más entre su propia mierda (palabra de género femenino, no de sexo femenino, aclaro).
Pero vayamos al asunto de actualidad: ayer la justicia española dio el visto bueno a las violaciones en manada. Sí, ya sé que debería escribir la palabra justicia en este caso con mayúsculas porque me refiero a la institución. Lo hago a propósito, ya que la justicia española ha demostrado no ser merecedora de las mayúsculas; en cambio, ha demostrado merecer el apellido «patriarcal». Una vez más, y van miles, dictó otra sentencia machista.

La sentencia machista de ayer ni fue la primera en contra de las mujeres ni será la última. Por eso, tenemos que seguir luchando hasta el final: hasta que el feminismo llegue a las máximas instituciones del Estado, a todas ellas, incluida la RAE.
Todas las personas que luchamos por la igualdad estamos indignadas por las resoluciones judiciales patriarcales que tiran por tierra los avances que llevan tantos años conseguir. Son muchas las resoluciones judiciales de este tipo, aunque la diferencia con la sentencia machista de ayer es que la sociedad se dedicó a vejar a la víctima durante meses y meses en lugar de a los verdugos. Incluso alguna cadena de televisión tuvo la osadía de entrevistar a amigos de los violadores para que saliesen diciendo que son buenos chicos.
Todas sabemos que los violadores son unos cobardes cuando no están entre los que les dan palmadas en la espalda y, debido a ello, pueden parecer buenas personas de cara a la sociedad. Suele pasar con los cobardes maltratadores: disimulan bien cuando no están a solas con su víctima.
Hoy cumplo 50 años y tengo la firme intención de pasarme el resto de mi vida (que espero sean otros 50 años más) luchando por los derechos de las mujeres. El pasado día 8 de marzo hice huelga y salí a la calle a protestar contra el machismo. Ayer volví a salir a la calle a condenar esta nueva sentencia machista. Y seguiré saliendo a la calle siempre que un colectivo feminista me convoque. Hay que seguir educando a la sociedad en el feminismo.

Si esta entrada de blog hace que pudieses ser mi cliente y huyas como la peste, con tu pan te lo comas. No te necesito. Yo soy correctora y traductora feminista. Si te molesta, hay mucho machista también en la profesión. Dirígete a ellos. Tampoco es que me fuese a hacer mucha gracia corregir para un machista, así que… ¡Chao! ¡Hasta nunca!
Recordatorio para vosotros, los machistas, sobre la definición del también machista diccionario de la RAE para feminismo: ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres.
Esta no será la última entrada en contra del machismo. En breve, hablaré del machismo en la prensa, que da para mucho.
Nos leemos y nos vemos en las calles siempre que haga falta.
Hasta la semana.
Firmado por Rosina Iglesias
Os dejo, como resumen del caso de la manada de San Fermín, una infografía de una mujer llamada María Sande:
La justicia de la injusticia patriarcal